La Formación ha de jugar un papel transcendental como palanca para la reconstrucción y el crecimiento de nuestro país.
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El Secretario de Formación de UGT, Sebastián Pacheco, ha comparecido en la Comisión de Educación y Formación Profesional del Congreso de los Diputados para informar sobre el próximo Proyecto de Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional donde, en primer lugar, ha resaltado la valoración inicialmente positiva del texto.
Sebastián Pacheco ha señalado que el proyecto supone “un claro intento de modernización y adaptación de nuestro Sistema de Formación Profesional a los nuevos tiempos y constituye un buen punto de partida para la negociación de un sistema integrado de la Formación Profesional en nuestro país”.
“La tasa de paro de los jóvenes menores de 25 años”, ha recordado, “se sitúa, en España, en un 39,5%. Además, la tasa de jóvenes matriculados en Formación Profesional es inferior a los de países de la OCDE y de la UE, un 12% frente a un 29 y un 25% respectivamente. Contamos, pues, con un elevado número de personas que carecen de una acreditación formal de sus competencias profesionales y que, en términos porcentuales, se eleva a algo más del 48% de la población activa: alrededor de 11 millones de activos sin formación profesionalizante y sin haber acreditado todo lo que han aprendido a través de su experiencia laboral”.
“De modo que existe un importante desequilibrio entre los niveles de cualificación de la población trabajadora y las necesidades futuras del mercado laboral: Necesitamos pasar del 24% actual de cualificaciones medias al 49% en 2025” ha explicado.
Pacheco ha subrayado que “la nueva Formación Profesional que diseñemos debe ser ágil para adaptarse a los cambios del mercado laboral, lo que significa que debe ser capaz de ofrecer una formación adaptada a la evolución de los puestos y los métodos de trabajo, incluidas las competencias básicas y las capacidades digitales, transversales y verdes (ecológicas).
“Además, debe ser un motor de innovación y crecimiento, debe preparar para las futuras ocupaciones verdes y digitales que se van a demandar y tiene que ampliarse y adaptarse, especialmente, a las personas adultas”.
Motor de innovación y crecimiento
“La nueva Formación Profesional debe ser una opción atractiva y basarse en una oferta moderna y digitalizada que haga posible esa cultura del aprendizaje permanente; debe promover la igualdad de oportunidades y sus programas han de ser necesariamente inclusivos y accesibles para todos los grupos vulnerables: personas con discapacidad, personas poco cualificadas o con un nivel bajo de capacidades, minorías, personas de origen migrante y aquellas con menos oportunidades por su situación geográfica o su situación socioeconómica desfavorecida”.
“Es necesario que la nueva Formación Profesional se sustente en garantías de calidad, lo que supone, entre otros aspectos, que los futuros proyectos de implantación que se establezcan se realicen en cooperación con los interlocutores sociales, los proveedores de Formación Profesional y otras partes interesadas pertinentes” ha añadido.
El Secretario de Formación de UGT ha destacado que “los nuevos programas de Formación Profesional deben contar con medidas de formación flexible centradas en el alumnado y deben prevenir el abandono prematuro y apoyar la transición de la escuela al trabajo, y, en lo que se refiere a los programas de Formación Continua (Formación para el Trabajo), éstos deben estar diseñados para adaptarse a las necesidades del mercado laboral o de las personas en la mejora de sus capacidades y reciclaje profesional”.
Más diálogo social para abordar desafíos
Sebastián Pacheco ha manifestado que “desde la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores somos conscientes que la Formación Profesional ha de jugar un papel trascendental como palanca para la reconstrucción y el crecimiento de nuestro país y, en esta tarea, el diálogo social resulta clave para abordar los retos que nos plantea el futuro más inmediato”.
“Seguir consultando a los interlocutores sociales sobre el diseño y la aplicación de las políticas económicas, laborales y sociales, hoy más que nunca, resulta de lo más necesario, como así se refleja en el reciente Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales” ha finalizado.